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El último éxito de Mauro Viale
Todos somos lo que hacemos. Nos gusta definirnos en eso porque nos identifica. Cómo lo hacemos se mide en la eficacia de nuestros propósitos y también en los efectos producidos. Esto último es lo que determina lo relevante (aquello que hace relieve sobre lo plano). Morir es dejar de ser por el facto de dejar de hacer y de nosotros queda sólo lo que hicimos. No hay autoridades ni jueces que puedan condenarnos o premiarnos cuando ya no somos pero se podrá reivindicar o demoler la obra si otros hechos de otros autores consiguen abonar o cambiar sobre lo real. El absurdo es declarar la guerra a lo que ya no es.
Cuando muere un periodista la comunicación siempre pierde. La diversidad de las voces garantiza que seamos hablados los que no somos invitados. No advertiríamos la oscuridad si no existiese luz. No habría síntesis sin disidencia. No existirían acuerdos sin la polémica.
¿Quién podrá empatar la potencia de un pensamiento individual con la de una idea colectiva?
Vencer es convencer, no aniquilar.
Las perspectivas son infinitas porque dependen de la infinidad de puntos desde donde se puede mirar.
El mejor aporte que puede ofrecer un intelectual es motivar a reconocer que se puede ver distinto. La polémica es el arte de abrir las mentes. Es el lugar donde todos quienes participan voluntariamente ganan, sea cual fuera el resultado.
El único compromiso real de un periodista es un tópico relativo por excelencia como la verdad.
La única verdad, dijo uno que sabía mucho, es la realidad y ésta es muy diferente de acuerdo a los contextos de cada quien, por lo que… ¿quién podría adjudicarla?
Dos pérdidas muy fuertes duelen con la muerte de Mauro Viale: un periodista eficaz que hizo escuela y un polemista necesario honesto en sus propias contradicciones.
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Hoy Mauro Viale no es, pero su obra sí. Detenernos en su persona vale la pena desde el recuerdo para los que tuvieron vínculos personales y afectivos con él pero es inútil para quienes le declaran la guerra en redes ahora que no es. Me apiado de quienes eluden la realidad en su viaje imaginario a donde no se puede ir, que es el pasado. La violencia contra un cadáver no sólo es un acto vil, es la venganza tardía de los cobardes y los impotentes. Las personas nobles se califican en el reconocimiento de sus confrontantes. El pájaro se come al gusano vivo pero no se arrastra. El gusano se come al pájaro muerto pero no vuela.
Uno es lo que hace y lo que uno hace lo mide su eficacia. El periodista Mauricio Goldfarb, mejor conocido como Mauro Viale, maestro y cultor de la polémica murió ayer de coronavirus. Y comenzó una polémica en el momento en que se fue. No conozco mayor prueba de su eficacia en su obra.
Nos faltan más de esos.
Redacción: @arielmagirena
IMAGIRENA Revista de arte y cultura
Edición: Abigail de Jesús
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