Las autopsias confirmaron que los trabajadores no se ahogaron en los líquidos cloacales, sino que fallecieron por la inhalación de sustancias nocivas.
Los tres operarios que perdieron la vida el 29 de agosto en Oncativo mientras realizaban tareas de mantenimiento en una estación de bombeo de líquidos cloacales murieron por la exposición a gases tóxicos, según revelaron las autopsias practicadas sobre sus cuerpos. El informe pericial descartó la hipótesis inicial de que se habían ahogado en el líquido que inundó la cámara en la que trabajaban.
Los fallecidos fueron identificados como Elio José Richetta (43), Luciano Salvador Mingolo Heredia (19), ambos domiciliados en Villa María, y Gabriel Vargas (43), oriundo de La Cumbrecita. Un cuarto trabajador logró salvarse al salir del pozo al percibir un fuerte olor.
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Los operarios pertenecían a la empresa Hidrocentro Servicios SRL, contratada por la Municipalidad de Oncativo para modernizar la bomba, que había sido construida hace unos 30 años y estaba inactiva desde 2005. El objetivo era reactivarla para sumarla a otras dos plantas que funcionan en la ciudad.
Según el testimonio del único sobreviviente, los trabajadores fueron descendiendo de a uno a la cámara, de unos 50 metros cúbicos y seis de profundidad, y no volvieron a salir. El líquido que los cubrió procedía de una vieja cañería que no pudieron cerrar debido al efecto letal del gas tóxico.
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El fiscal de Instrucción de Río Segundo, Manuel Sebastián Ayán, investiga el caso y no descarta imputar a algún responsable. Entre otros aspectos, intenta determinar si los trabajadores contaban con los elementos de seguridad adecuados para realizar la tarea.
La tragedia conmocionó a Oncativo y generó el repudio de los familiares y amigos de las víctimas, que reclamaron justicia y responsabilidad por lo ocurrido.
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