El próximo trimestre presenta un escenario climático dispar en las regiones agrícolas del país, lo que obligará a los productores a tomar decisiones estratégicas basadas en el monitoreo constante del tiempo
El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) dio a conocer su pronóstico climático trimestral para el período agosto-septiembre-octubre 2025. La información revela un panorama heterogéneo en cuanto a lluvias y temperaturas, especialmente en las zonas clave para la producción agropecuaria. La falta de uniformidad en las condiciones climáticas será un desafío para el manejo de cultivos y la toma de decisiones en el campo.
El informe, elaborado a partir de modelos globales y estadísticas locales, remarca que no se espera un patrón homogéneo en las precipitaciones ni en las marcas térmicas. Esta situación implica que los productores deberán adaptar sus estrategias de siembra, fertilización y control sanitario según las condiciones particulares de cada región.
Zonas con más lluvias y áreas con déficit hídrico: el mapa desigual del clima
El SMN señala que el Litoral, el este del NOA, Formosa, Chaco, Santa Fe, Córdoba y el este de San Luis tienen mayores probabilidades de registrar lluvias normales o superiores a las medias históricas. Este escenario es favorable para mantener perfiles de humedad adecuados, clave para la planificación de la campaña gruesa y las labores de implantación de cultivos.
En cambio, Cuyo y el noroeste de la Patagonia enfrentarán precipitaciones normales o por debajo de los valores habituales, lo que genera alerta en los sistemas productivos que dependen del riego o del agua disponible para la ganadería extensiva.
La región patagónica sur y el este bonaerense muestran una situación más equilibrada, con probabilidades normales de lluvia. Sin embargo, el SMN advierte que eventos puntuales como tormentas o frentes fríos pueden alterar los acumulados, incluso en zonas con proyecciones «neutras».
Temperaturas al alza y estrategias de manejo más dinámicas
Respecto a las temperaturas, el pronóstico indica valores normales o levemente superiores a los promedios para la época en la mayoría del territorio nacional. Las regiones de Cuyo, Córdoba, el sudoeste de Santa Fe y la Patagonia podrían ser las más afectadas por este ascenso térmico.
Este aumento, combinado con la expectativa de lluvias, podría acelerar procesos fisiológicos en los cultivos de invierno y cobertura, como el trigo, aunque también elevar la evapotranspiración. Esto obliga a ajustar calendarios de fertilización, monitorear malezas y adaptar los manejos agronómicos a condiciones cambiantes.
El SMN elaboró este pronóstico bajo condiciones neutras del fenómeno ENSO (El Niño-Oscilación del Sur), por lo que se trata de una proyección probabilística. Ante este escenario de alta variabilidad, se recomienda a los productores seguir las actualizaciones semanales y los sistemas de alerta para anticiparse a posibles eventos extremos.
En definitiva, se requiere de una gestión flexible, con decisiones basadas en la información climática actualizada. La capacidad de adaptación será clave para reducir riesgos y maximizar los resultados en un contexto donde el clima sigue marcando el ritmo del agro argentino.