Más hectáreas en menos tiempo y con gran eficiencia: el auge de una práctica que revoluciona los cultivos extensivos
En distintas regiones del país, la siembra aérea se consolida como una alternativa rápida, precisa y eficaz para incorporar semillas en grandes superficies agrícolas. Esta metodología, que combina tecnología, logística y experiencia en vuelo, permite cubrir más hectáreas en menor tiempo en comparación con la siembra tradicional.
En esta entrevista, el piloto aeroaplicador Ariel Sierra detalla los beneficios de esta técnica, las recomendaciones a tener en cuenta para su implementación y las principales precauciones que deben observarse para lograr resultados exitosos.
Eficiencia comprobada y crecimiento sostenido
La siembra aérea se aplica especialmente en cultivos extensivos y situaciones donde las condiciones del suelo o del clima dificultan el ingreso de maquinaria terrestre. Lo que se busca es ganar tiempo, aprovechar al máximo las ventanas climáticas y mejorar la logística de la implantación. La demanda de este servicio ha ido en aumento en las últimas campañas.
La clave del éxito está en la correcta planificación. Es fundamental conocer el tipo de semilla, la dosis, el estado del lote y los factores ambientales. La precisión del vuelo y la experiencia del operador también son determinantes.
Recomendaciones y precauciones
Para asegurar la efectividad de la siembra aérea, es necesario coordinar de forma anticipada con los asesores técnicos del productor y tener en cuenta aspectos como el viento, la humedad ambiente y el tipo de cobertura del suelo. También se recomienda que las aplicaciones se hagan en momentos específicos del día para evitar pérdidas de semillas por deriva o mala distribución.
Esta técnica continúa ganando adeptos entre los productores agropecuarios por su versatilidad, velocidad y capacidad para operar en zonas complicadas. Y aunque requiere especialización y responsabilidad, su aporte a la eficiencia productiva es indiscutible.